Muchas veces la vida juega sin piedad con nuestras debilidades, se lamentaba Maria Marta; hace algunos años, cuando cursaba la Universidad era la joven prodigio; según afirmaban las profesionales del Gabinete de Psicologia de la Institución ella tenia un elevado consciente intelectual, un enorme potencial, llegaría muy lejos, seguramente afirmaban ninguna carrera le resultara demasiado difícil; pero muchas veces la realidad dista mucho con el paso del tiempo de nuestras primeras aspiraciones.
Hoy...por primera vez en su vida se vería obligada por las circunstancias a hospedarse en un Albergue Transitorio para personas sin hogar; o dormir en algún zaguán a la intemperie; que había hecho de su vida para soportar esta humillación; miro el cartel que le daba la bienvenida, cerro sus ojos y lentamente comenzó a recordar cuales fueron los principales motivos de su fracaso personal.
Pensó las angustias vividas con su primer pareja, los celos, el engaño, sus primeras copas para tratar de mitigar sus penas; no obstante a pesar de todo había conservado su integridad; seguía siendo una mujer hermosa con tan solo cuarenta años; pero con una pesada carga a cuesta, su pasado, ya no le quedaba nada, solo la esperanza; esa noche al sentarse a la mesa junto a otras personas, que imagino tan desesperadas como ella, sintió un dejo de tristeza, es fácil creerse victima de las circunstancias; pero ella tomaría el camino más difícil; hacerse cargo, aun tenia latente el enorme potencial que tenia consigo mismo, solo faltaba que creyera en sus propias capacidades.
Por Néstor Salgado
Consultas de Consejería
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