Cuando la noche y el cansancio
me llevó al mundo de los sueños
te encontré y en ese mágico instante
comenzamos a besarnos con la ansiedad
de dos adolescentes.
Mis manos acariciando tu cabello,
tus manos acariciando mi espalda,
abrazados, unidos por ese amor
que ambos deseábamos vivir.
Despertando al deseo en cada caricia
que nos prodigamos, fuiste mia.
Te ame como suelen amar los caballeros
a una dama.
Nestor O Salgado
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