Continuamos con la publicación de capítulos de la novela que esta escribiendo Nestor O Salgado para sus lectores y que se van publicando en este blog; en esta oportunidad compartimos con ustedes el cuarto capítulo, a cambio solo le pedimos para alentar al autor que la siga escribiendo que comparta esta publicación en sus redes sociales y cada tanto nos deje un mensaje en el blog contándonos desde donde nos lee y si le gusta como va la historia.
Lea Antes, el capítulo Tres Se-abrazaron-y-lloraron-juntos
Capitulo cuatro No podré detener a las Guerreras
La vida les había dado una nueva oportunidad.
El más veterano de los marineros era Damián Ruiz, con sus casi cuarenta años tenía una basta experiencia en el mar, más de media vida llevaba como oficial segundo en distintos barcos de pesca de alta mar y mirando a su alrededor se dio cuenta que estaban en una pequeña isla de Ecuador; algunas de las cuales suelen estar habitadas por Aborígenes; los cuales no todos son pacíficos.
Algunas pequeñas tribus conservan su autonomía y casi no se tratan con el resto de la civilización.
Tengo sed, me muero de sed dijo Lucas mientras pasaba su lengua por sus labios humedeciéndolos tratando de lubricarlos momentáneamente.
También tengo mucha sed expresó Damián; caminemos buscando el centro de la Isla, seguramente hallaremos agua en algún bajo, o alguna planta de la cual podamos extraerle agua, o sabía, que nos permita saciar momentáneamente nuestra necesidad. Estaban hablando y caminando sobre estos temas, cuando alguien les dijo desde atrás de unas plantas que se detuvieran.
!!!Quietos, no se muevan o no podré detener a las guerreras y los mataran!!!
Continuara Proximamente
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