Sin darse cuenta se abrazaron

Estimados lectores/as continua la publicación de la Novela escrita por Mercedes Mouilleron y Nestor O Salgado ¿Hay Amores imposibles? en esta edición podrá leer el 13° apasionante episodio de esta narrativa titulado "Sin darse cuenta se abrazaron"

Los días pasaron con poco trabajo... hasta que una noche, cuando estaba pronta a dormir escucho el galope de un caballo que se detenía justo en su ventana.
Era Antonio. Se lo veía preocupado, asustado.
_señorita, necesitamos su ayuda. Tiene que ir a la casa de mi compadre José. El niño vuela de fiebre y no hay forma de que le baje.
Mientras escuchaba Angélica preparaba el instrumental necesario. Y algunas muestras médicas.
_vamos en mi coche. Deje aquí su caballo.
Llegaron a la casa, y realmente el niño estaba ardiendo. La madre preocupada mojaba paños en agua fría para la frente del pequeño.
Angélica lo examinó y segura del diagnostico dijo.. esto es sarampión.
Esta vacunado? preguntó .
_no señorita.
_tranquila... lo llevaremos con el médico más cercano.
_Antonio, mientras yo trato de bajar esta fiebre vaya en mi auto y traiga la ambulancia.
Horas más tarde estaban ingresando al niño en la sala de pediatría.
_doctor, traigo este paciente con sarampión. Sin la vacunación correspondiente. Esta en peligro de convulsión.
_Angélica .. que haces aquí? Donde te habías metido? .
_atiende al niño. Por favor. Ya no trabajo aquí Esteban.
El pequeño quedó internado... Angélica y Antonio volvieron en silencio...
_pase ... vamos a charlar un momento. Mientras tomamos un café...
_por que los niños de este lugar no están vacunados?
_no lo se. Señorita... pero acá nunca avisan eso de las vacunas.
_necesito que me ayude. Voy a solicitar vacunas y vamos a preparar una campaña, casa por casa si es necesario.
Así fue como en los días siguientes se encargaron de informar de la necesidad de inmunizar contra el sarampión y otras enfermedades.
Angélica se olvidó de sus zapatos de tacos. Se acostumbró a las zapatillas y los jeans. Y trabajó de manera incansable creando conciencia entre los vecinos del lugar.
A los pocos días llegó Antonio cargando grandes cajas y una sonrisa en su rostro _ señorita!!! Llegaron las vacunas y un montón de remedios!
Angélica corrió a recibirlo y casi sin darse cuenta se abrazó a su cuello. _que felicidad exclamó!

(Próximamente publicaremos nuevos capítulos, deje su comentario, comparta gracias

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