Capitulo Tres
A Angélica se le notaba en la mirada que no era feliz, estaba enamorada de alguien que nunca dejaría a su familia, pero aún así ella solo tenía ojos para el médico.
¿Me permitís quedarme con las flores Angelica, hace tanto que nadie me regala un ramo? Quedate-las, son tuyas ¿y la tarjeta, que hago con ella, pobre hombre quizás se hizo la ilusión que un día lo llamarías para agradecerle el presente?-Ese es su problema por ser tan ingenuo, o demasiado vivaracho y pensar que una reina como yo se fijaría en un paciente; además no es ético y soy una profesional...Tomala vos Anita, si al final el ramo es tuyo y si le hablas dile que estoy casada; pero que agradecí las flores ¡¡¡Al menos conservemos las formas amiga, porque negarlo, es bueno sentir que gustan de uno!!! Pero que se olvide de mi y que tenga larga y hermosa vida...Bueno adiós Ana, se termino mi turno, hasta mañana-¡¡¡Gracias por las flores, hasta mañana, nos hablamos!!!
Con el paso de los días Ana se convirtió, casi en la asistente personal de Angélica. Seguía sus pasos ávida de obtener conocimientos.
Esa tarde Angélica se disponía a retirarse, con los ojos enrojecidos por el cansancio de un día agotador de trabajo.
_Ana, me retiro. Te encargo la paciente de la 9, la que ingresó hoy.
_espera... no te vayas.
Esta Héctor.
_quien es Héctor? _el muchacho del campo.
_¿el de las flores?
_si...ese mismo. Viene a curarse la herida. Y pregunto por vos...
(Continuara en próximos capítulos, comparte, comenta, apoya esta obra difundiendola*
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Muy buena literatura!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Ana; agradecemos tu mensaje y más sabiendo que es de otra talentosa escritora; que conoce de narraciones
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